¡Se murió el tío Posgnac! Era cantado. Es un integrante más de la mesa de los vicios...
Tengo aún la imagen de todos ellos sentados alrededor de una mesa bajo la sombra de los árboles, jugando al truco, dándole al tinto en una prolongada sobremesa de domingo, luego de un asado multitudinal.
También recuerdo a todas mis tías en la cocina pelándose por lavar los platos y chismoseando más tarde, mientras se tomaban unos mates al reparo de alguna otra sombra.
Mi mamá siempre estaba con un abanico en la mano, que el calor le traía la excusa para depaso espantar algunas moscas. Eso solía molestarme.
Tengo también la imagen de mi papá jugando en aquella mesa, pero sólo por casualidad, no quiero contarlo como miembro fijo de la mesa de los vicios.
Cuando murió mi tío Severo, de una cirrosis fatal, y luego mi tío Lulo, comencé a pensar en esa mesa y en sus integrantes, y fácilmente intuí que todos ellos serían los primeros en morir. Luego fue El Gallego, después Aguiar, y ahora Posgnac que si bien no formaba parte de esa mesa, llevaba esa misma rutina casi diaria en el bar de la esquina de su casa.
¡Mis tías (todo ese grupo de gorditas hermanas en el que está incluida mi mamá) están quedando viudas!.
Mi papá finalmente esta semana decidió ir al médico y lo llenaron de órdenes para hacerse un chequeo general.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario