Milonga - 1957 - Música Florindo Sassone / Julio Bocazzi - Letra: Dante Gilardoni
Yo llevo el baile en la sangre
y cumplo con mi destino,
mi vida está en la milonga
y he de seguir por ese camino.
No soy constante en amores
por eso tan solo estoy,
mi carta me la he jugado
y si he perdido, pago y me voy.
Rebelde soy para el lazo
ni sus cadenas me echó el amor,
yo soy gorrión viajero
y el mundo entero fue mi ambición.
Igual que baldosa floja
salpico si alguien me pone el pie,
no sé... querer,
mi amor... se fue,
yo iré... bailando
mientras las tabas
me den con que...
Si a veces alguna pena
me llega a mojar los ojos
y surgen desde el olvido
aquellos labios siempre tan rojos,
me afirmo el chambergo claro
y agarro p'al cabaré,
mi vida es una milonga
y sé que bailando yo moriré.
Igual que baldosa floja
salpico si alguien me pone el pie.
Imperdible escucharlo interpretado por La Chicana.
Surgió de desmembrar la "Libretita" que me acompañaba a diario en el bondi. Fijate ¡Qué cambio! De vivir sus días en la oscuridad de mi cartera y ser de papel, pasó de repente a libertar su alma publicándose en el cyberespacio... ¡Qué groso suena Tita!
lunes, marzo 27, 2006
jueves, marzo 23, 2006
RAYUELA - FRAGMENTO CAP. 143
... y a veces a mitad de un relato sus manos empezaban a acariciarse y pasaban de los sueños al amor, se dormían de nuevo, llegaban tarde a todas partes.
Oyendo a Talita, su voz un poco pegajosa de sueño, mirando su pelo derramado en la almohada, Traveler se asombraba de que todo eso pudiera ser así. Estiraba un dedo, tocaba la sien, la frente de Talita. ("Y entonces mi hermana era mi tía Irene, pero no estoy segura"), comprobaba la barrera a tan pocos centímetros de su propia cabeza ("Y yo estaba desnudo en un pajonal y veía el río lívido que subía, una ola gigantesca..."). Habían dormido con las cabezas tocándose y ahí, en esa inmediatez física, en la coincidencia casi total de las actitudes, las posiciones, el aliento, la misma habitación, la misma almohada, la misma oscuridad, el mismo tictac, los mismos estímulos de la calle y la ciudad, las mismas radiaciones magnéticas, la misma marca de café, la misma conjunción estelar, la misma noche para los dos, ahí estrechamente abrazados, habían soñado sueños distintos, habían vivido aventuras disímiles, el uno había sonreído mientras la otra huía aterrada, el uno había vuelto a rendir un examen de álgebra mientras la otra llegaba a una ciudad de piedras blandas. En el recuento matinal Talita ponía placer o congoja, pero Traveler se obstinaba secretamente en buscar las correspondencias. ¿Cómo era posible que la compañía diurna desembocara inevitablemente en ese divorcio, esa soledad inadmisible del soñante?...
Oyendo a Talita, su voz un poco pegajosa de sueño, mirando su pelo derramado en la almohada, Traveler se asombraba de que todo eso pudiera ser así. Estiraba un dedo, tocaba la sien, la frente de Talita. ("Y entonces mi hermana era mi tía Irene, pero no estoy segura"), comprobaba la barrera a tan pocos centímetros de su propia cabeza ("Y yo estaba desnudo en un pajonal y veía el río lívido que subía, una ola gigantesca..."). Habían dormido con las cabezas tocándose y ahí, en esa inmediatez física, en la coincidencia casi total de las actitudes, las posiciones, el aliento, la misma habitación, la misma almohada, la misma oscuridad, el mismo tictac, los mismos estímulos de la calle y la ciudad, las mismas radiaciones magnéticas, la misma marca de café, la misma conjunción estelar, la misma noche para los dos, ahí estrechamente abrazados, habían soñado sueños distintos, habían vivido aventuras disímiles, el uno había sonreído mientras la otra huía aterrada, el uno había vuelto a rendir un examen de álgebra mientras la otra llegaba a una ciudad de piedras blandas. En el recuento matinal Talita ponía placer o congoja, pero Traveler se obstinaba secretamente en buscar las correspondencias. ¿Cómo era posible que la compañía diurna desembocara inevitablemente en ese divorcio, esa soledad inadmisible del soñante?...
jueves, marzo 16, 2006
sábado, marzo 04, 2006
COMO BARQUITO DE PAPEL
Una ojota que flota en la cuneta de Warnes a las 11 de la noche mientras yo la sigo a carcajadas porque es la que perdí tratando de saltar el charco. Una Milonga de miércoles a la que caí citada por una amiga. Llego a la Milonga y... - crí crí - Karina tiene ausente. Mensaje de texto. Es ella que dice "¡Te clavé porque a mí también me clavaron! ¡Y nos quedamos dormidos! ¡Perdón!" Jaaa ja! Ok, ya que estoy, bailo, no?. Caio cruza al bar de enfrente a comer con su amigo pianista, yo me quedo un rato más.
¡Chaparrón, fuerte chaparrón!. La sonrisa permanece en mí desde que me levanté, ando contenta che y con el dibujo enorme de esa sonrisa en mi cara me voy a Honduras para dar de comer a Huata. Es una noche linda, pero se hizo tarde, ya quiero estar en casa.
Al otro día la lluvia siguió alterando las historias, porque la lluvia hace eso... si las enriquece? no sé, las modifica, seguro! Cuánto? no sé...
Mientras buscábamos el restaurante árabe bajo la lluvia, Richard Alias Machucones me iba relatando sobre su resistencia al robo y los consecuentes golpes.
- Recomendación: evitar charlar mientras se busca una dirección, ya me pasó otras veces, y te aseguro que te puede llevar mucho más tiempo del promedio - Malabia al 1300, no era tan difícil.
Velada divertidísima, ahora digo, eso de llenarse con la entrada, no da!... La charla se extendió tanto que mereció unos zapallos en almíbar con helado. ¡Muy bien ahí!.
Nos despedimos 2am en un taxi que me llevó a Huata otra vez.
Y la gran puta! Chaparrón Bonaparte!! Pero esta noche es más potente! Había que irse a casa. El teléfono de Radio Taxi Premium ocupado. ¿Taxi disponible en Palermo Cheto? Olvídalo.
Entre las goteras y la idiotez conocí a un pibe con quien pacté compartir un taxi. Resultó ser un "ex mozo de Omm" que me develó entre charlas superfluas que conocía a Rodrigo, también a Huata, y también a Laurita de Collar de Buitres, y a su hermano profesor de TKD!! Pero la gran siete! El mundo es un pañuelo!! Al final se fue.
Estoy mojada y sola, 3am, esperando al taxi Premium y en el gran beneficio de ser mujer qué pasó? (Me gusta ser mujeeeer, me gusta ser mujeeeer...) siento una voz que desde la oscuridad de un auto evoca un "Pato?! Qué hacés?!" Pobre de mí, tan indefensa y con tanto chongo dando vueltas! Ja!
Felizmente era Hernán Alias Garzón que se ofreció a llevarme y, esquivando inundaciones, llegó a estacionar el auto de su amigo en mi puerta a las 4am de una noche muuuuuy peculiar.
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