A ver si logro explicarlo. Es como si fuera un puñado de muchos panaderos juntos que se generó brotando desde mi pecho, y fue recorriendo ambos brazos hasta llegar a los extremos, mis manos.Y estoy a punto de soltarlo. Espero que vuele bien alto hasta perderse entre las nubes. Espero que cante bien fuerte, donde nadie pueda oírlo, o mejor aún, lo oigan todos pero no puedan reconocer su voz, así nadie se apropiará de él y podrá volver a mí siempre que quiera.
Abro mis manos despacito y soplo, ahora que nadie me ve.
–Andá, y viajá hasta donde quieras llegar, sentí la excitación de ser libre, mientras yo descanso de la culpa que me da apretujar tanto para evitarte salir.
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