"No hay que comparar" dicen. What? Si todo en la vida se compara! ¿Cómo decido yo si el vestido rojo o el azul? Porque comparo cuál va mejor conmigo. El alemán me suena mal, pero me suena peor después de escuchar el francés, y no está mal, los opuestos existen porque se complementan y nos ayudan a discernir por comparación.
Porque el embustero lo es en cuanto lo comparo con el honesto y así tardo mucho menos en darme cuenta.
El que habla pone en evidencia al que calla.
El que da al que no da.
Y el ausente se nota ausente cuando el que está, está.
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