Un pajarillo me ha dicho que cuando tu y yo volvamos a vernos, recibiré un beso tuyo por cada lágrima que por tí haya derramado. ¿Es eso cierto? ¿Qué caso, entonces, tendría dejar de llorarte? Sin embargo, la idea de volver a verte seca mis mejillas.
Gracias pajarillo, me has traído la esperanza, confiaré en tu palabra.
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