jueves, abril 06, 2006

TOMA 2 - COMO CHIMPANCÉ

Yo, sentada en el borde de la cama con mi pierna izquierda colgando... él, arrodillado en el centro de la cama, manteniendo su torso erguido por sus manos que apoyadas desde sus nudillos soportaban todo su peso. Sus brazos tensados no evitaban el balanceo que le provocaba el cansancio. Pero se esforzaba por seguir despierto, mientras recibía de mis manos, sin importar si le apetecía o no, unos bocaditos de alfajor. Su silueta se dibujaba perfecta, iluminada apenas por la luz tenue de una vela. Estaba frente a mí, muy cerca, y me miraba... y atrás de él: nada, un fondo muy difuso, muy atrás... Y sus ojos profundamente clavados en mí explicaban por qué quería permanecer despierto, estábamos juntos.

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